Los impactos ambientales provocados por los residuos líquidos contaminantes sobre las aguas superficiales (rios, lagos y mar) y profundas (aguas freáticas) pueden ser considerados muy grandes y graves, principalmente porque una gran porción de ellas todavía es dispuesta sin tratamiento o por recibir un tratamiento inadecuado, parcial o mal hecho.
Aunque muchos esfuerzos ya se han realizado para mejorar este escenario adverso y peligroso a la población, contexto en el que estamos involucrados directamente, las medidas empleadas hasta el momento para combatir y controlar la contaminación y su consiguiente impacto ambiental todavía son incipientes e insuficientes, debido a una serie de factores, la mayoría de ellos relacionados con la falta de inversiones adecuadas y necesarias que deberían ser fomentados por los sectores privados y gubernamentales, mayor concientización de la población con respecto a la gravedad del problema que asola el planeta, mayor integración e implicación de aquellos que contribuyen más para su degradación y también un mayor conocimiento de las futuras consecuencias de los desmanes, omisiones y negligencia con este importante y delicado asunto.
